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La imagen de Jesús de la Sangre presidirá el Vía Crucis de las Cofradías de Córdoba en 2026

La elección de Jesús de la Sangre adquiere un significado muy especial, ya que coincide con el cincuentenario de la fundación de la Hermandad del Císter, que celebrará este importante aniversario en 2026. Esta corporación, fundada en 1976 por un grupo de jóvenes vinculados al Colegio La Salle, se ha destacado por su espíritu monástico y por promover valores de humildad, silencio y fraternidad, consolidándose como una de las hermandades más representativas de Córdoba.

A lo largo de su historia, la Hermandad del Císter ha vivido momentos decisivos, como la primera estación de penitencia en Martes Santo en 1989, y la fijación de su sede en el Convento del Santo Ángel en 1996, bajo la dirección de los Padres Capuchinos. En 2002, este vínculo fue ratificado por un decreto de la Orden Capuchina.

Un momento crucial en la historia de la hermandad fue la incorporación en 1998 de la imagen de Jesús de la Sangre, obra del escultor Antonio Eslava Rubio, que se convirtió en el centro devocional de la corporación. La talla, terminada en 1977, representa a Cristo maniatado en la escena del Ecce Homo, un pasaje del Desprecio del Pueblo. El conjunto procesional que acompaña al Señor fue completado por Francisco Pinto Barraquero, e incluye figuras que aportan un marcado dramatismo a la escena, como Pilato dialogando con el pueblo, Claudia Prócula, Barrabás y varios guardias romanos.

Jesús de la Sangre ya presidió en una ocasión anterior el Vía Crucis de las Cofradías, pero la designación para el año 2026 cobra un valor añadido al coincidir con el 50º aniversario de la Hermandad. Este importante aniversario servirá para que Córdoba reconozca la huella espiritual, artística y humana que esta corporación ha dejado en la ciudad durante sus cinco décadas de existencia.